En todos los medios de comunicación se suele hablar de la relación directa entre la evolución del tipo de interés en la zona Euro y la cotización del Euríbor, con lo que se supone que incrementos en el primero suponen incrementos en el segundo, y descensos en el tipo de interés generan, a su vez, descensos en el Euríbor.
En principio, la lógica y el sentido común nos diría que así debería de ser, ya que el Euríbor no recoge otra cosa más que el tipo de interés al que se prestan los bancos entre sí, y éste cotiza siempre en función de como reciben estos bancos el dinero del BCE, que viene determinado por el tipo de interés para la zona Euro.
Por tanto, si los bancos reciben el dinero del BCE a un tipo de interés determinado, es lógico pensar que el tipo de interés que aplicarán al prestar a otras entidades financieras será ligeramente superior a este valor, ya que deben de incluir el grado de las expectativas y las incertidumbres económicas.
De todas formas, vamos a analizar en detalle el comportamiento del tipo de interés de la zona Euro, y lo compararemos con la evolución que ha venido manteniendo el Euríbor en su cotización mensual durante el mismo período de tiempo, de forma que podremos sacar conclusiones concluyentes.
Si tomamos como inicio del período julio de 2010 y como período final noviembre de 2011, a pesar de que aún quedan algunos días para la cotización del Euríbor, vemos, para el tipo de interés de la zona Euro, una gráfica notablemente estable, con pequeñas alzas puntuales y un retorno a la baja en este mismo mes de noviembre.
En general la gráfica es creciente, aunque impera la estabilidad general de la misma, sin que se hayan producido graves sobresaltos, ni grandes saltos en el valor del tipo de interés para la zona Euro.
En este mismo sentido analizamos la evolución de la cotización del Euríbor y vemos que el comportamiento es altamente similar, con más movimientos, lógicamente, porque es un índice que cotiza diariamente, lo que genera una mayor volatilidad general, pero la tendencia de la gráfica es exactamente la misma.
Ello nos hace confirmar la idea de que el Euríbor se mueve en función del comportamiento del tipo de interés de la zona Euro, lo que certifica la importancia de un Banco Central Europeo que sepa entender los condicionamientos temporales y circunstanciales de cada escenario político y económico, para no caer en errores que puedan bloquear el crecimiento económico.
En definitiva, los datos nos confirman la percepción del sentido común y nos obligan a pensar que la zona Euro necesita que el Banco Central Europeo siga bajando el tipo de interés para que se pueda dinamizar de una vez por todas la economía, ya que una financiación barata es el primer y fundamental paso para iniciar la senda del crecimiento.