Llegado ya el principio de este caluroso verano del año 2017 en España, los pequeños y medianos ahorradores habituales seguidores del producto bancario llamado “Depósito a plazo fijo” (de toda la vida) se plantean cuál será su futuro financiero y dinerario, dado el continuado e histórico bajo nivel de las tasas de tipos interés en la zona euro.
Algunas personas habituadas durante años a depositar sus ahorros en este tipo de depósitos bancarios y olvidarse de ellos, hasta la próxima renovación del plazo estipulado están sintiendo de manera preocupante la necesidad de realizar una gestión financiera distinta de su dinero, que les pueda repercutir mayores rentabilidades y no las tan mínimas obtenidas por los actuales depósitos. Ante esta situación tan compleja para los ahorradores menos experimentados en cuestiones del mundo del dinero, es ahora cuando les aparecerán las lógicas preguntas y dudas esenciales para su futuro financiero personal o familiar como puedan ser las siguientes: “¿Qué hago con mi dinero?… ¿Qué producto financiero me puede dar más rentabilidad?..¿Qué riesgo tengo que asumir para conseguirlo?… ¿Renta variable?… ¿Fondos de inversión?… ¿Invertir en Bolsa?
Para intentar sacar de este “mar de dudas” a muchos de nuestros habituales lectores y seguidores de esta sección Consejos Bolsa, hoy vamos a detallar básicamente, algunas de las diferentes opciones a disposición del ahorrador-inversor en la actualidad y cuáles pueden ser sus ventajas e inconvenientes, antes de tomar las decisiones definitivas sobre la utilidad y destino final de sus ahorros en el mercado financiero. Veamos dichas opciones:
- Ahorrar en depósitos bancarios o renta fija: No parece la ideal partiendo de la base de que los tipos de interés oficiales al parecer permanecerán muy bajos durante los próximos años de recuperación económica, en la euro zona, hasta que el futuro fenómeno inflacionista obligue al Banco Central Europeo –BCE- a la subida progresiva de los mismos.
- Invertir en el mercado inmobiliario: Puede ser una apuesta todavía arriesgada. Para muchas personas la compra de una vivienda en España se convirtió durante años en una inversión provechosa dada su constante revalorización anual. Pero la crisis económico-financiera del año 2007, nos devolvió a la cruda realidad sobre las tristes consecuencias dinerarias debido a la alta especulación salvaje sobre el ladrillo, que terminó con el mercado saturado y una caída extrema en el valor de los inmuebles.
- Invertir en fondos de inversión: Se han convertido en producto financieros muy demandados últimamente debido a su gran diversidad y variedad de activos en los que pueden invertir, ya sean de renta fija, mixta o renta variable. Sus ventajas principales radican en qué son muy accesibles para diferentes cantidades dinerarias, están gestionados por profesionales cualificados, se pueden vender las participaciones cuando se deseé (ver requisitos previos específicos de cada fondo), y además tienen la ventaja fiscal de no tributar hasta ser vendidos pudiendo traspasarse el dinero de un fondo a otro diferente… ¡Sin pasar obligatoriamente por Hacienda!
- Invertir en Bolsa (acciones): Esto sería un cambio muy radical para los clientes bancarios derivados del plazo fijo y no recomendable para los ahorradores no cualificados o carentes de formación financiera adecuada. Asumir riesgos financieros debe estar equilibrado con una buena preparación técnica personal o un asesoramiento profesional legalizado, debido a los posibles negativos resultados financieros que se pueden obtener en casos de fuertes pérdidas bursátiles, lo que nos puede hacer perder en casos extremos hasta el total del capital invertido.
COMENTARIOS Y CONSEJOS
Como podemos leer anteriormente son muy distintas las diferentes opciones que se nos presentan en los mercados financieros para poder gestionar de manera eficiente nuestros ahorros, en la loable búsqueda de intentar alcanzar una mayor rentabilidad y así, un mayor beneficio por nuestro dinero.
Para poder realizar una adecuada y rentable gestión patrimonial futura del ahorro o inversión, antes de tomar decisiones dinerarias definitivas será imprescindible realizar de manera previa un estudio o planificación personal, saber cuál es nuestro perfil inversor, capacidad financiera, ingresos recurrentes o extraordinarios, previsión de gastos corrientes e imprevistos y ante todo, determinar nuestra propia capacidad psicológico-emocional para poder aguantar y soportar las lógicas fluctuaciones del mercado de renta variable.
No basta con desear, imitar y buscar ciegamente, los posibles beneficios obtenidos en muy poco tiempo por algún familiar o amigo “en la Bolsa”, antes se deberá ser disciplinado, precavido, sensato y coherente, con sus limitaciones técnicas o formativas en el mundo financiero. Con esta última manera de orientar sus ahorros o capital destinado a la inversión podrá obtener una clara respuesta a la pregunta inicial de este artículo: “Bajos intereses: ¿Dónde meto mi dinero?”
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La frase elegida para este artículo dice así:
Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho.
Hesíodo